Días antes de la celebración de la ceremonia de los Oscar de 1961 –la cuarta y última ocasión en la que fue nominado– Montgomery Clift prepara en su apartamento de Upper East Side su regreso a los escenarios teatrales con La gaviota de Chéjov. Ha decidido abandonar su carrera cinematográfica y escapar por fin de los mandatos de los estudios y del hostigamiento de la prensa. Pero antes tendrá que cerrar las cuentas pendientes con el pasado. Por Cliff (acantilado) se pasean no sólo algunos de los dioses caídos del Olimpo de Hollywood (James Dean, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Marlon Brando), sino también la mirada lúcida y alucinada del propio Monty Clift, quien logró rescatar del naufragio de su existencia su posesión más preciada: su oficio de actor.
Otros datos.
Estreno: El extranjero, Buenos Aires, 2013
Estreno: La pensión de las pulgas, Madrid, 2015
Premio LAM / SGAE Fundación Autor, 2010
Publicación: Fundación Autor / SGAE, 2011
Publicación: Ediciones Antígona, 2017
Alberto Conejero (Vilches, 1978.) Licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. De su producción dramática destacan: Todas las noches de un día, ganador del III Certamen de Textos Teatrales de la AAT; La piedra oscura, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2015; Ushuaia, Premio Ricardo López de Aranda 2013; Cliff (acantilado), ganador del IV Certamen LAM 2010; Húngaros, Premio Nacional de Teatro Universitario 2000; Fiebre, accésit Premio Nacional de Teatro Breve 1999. Ha sido también responsable de diversas dramaturgias y reescrituras: Fuenteovejuna (2017) para la CNTC; Troyanas (Festival de Teatro Clásico de Mérida, 2017), Rinconete y Cortadillo para Sexpeare Teatro (2016), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (Festival de Otoño a Primavera / Metatarso, 2016), Proyecto Homero / Odisea (La Joven Compañía 2016), Macbeth y La Tempestad de Shakespeare (Teatro Defondo, 2009 y 2010), entre otras.
Escritura.
Se escribe teatro y se anhela intimidad con otros seres humanos. Porque como dice Enzo Cormann, los dramaturgos no escribimos teatro sino que escribimos para el teatro. Y por eso la escritura teatral contiene siempre la vocación de encuentro con otros imaginarios. Quizá escribir teatro es en primer lugar citarse con quien uno quisiera o teme o intuye ser. O de otro modo: escribir teatro es concertar una cita con el desconocido que nos habita. Escribo para lanzar preguntas para las que no tengo respuestas. La escritura me cuestiona como individuo y como ciudadano. Escribo porque dudo. Escribo también porque no aprendí a rezar pero tengo la necesidad de algo que no está pero a lo que debemos atender. Al igual que Perseo utilizaba el escudo para enfrentar a Medusa, yo empleo la escritura teatral para enfrentar mis miedos, mis anhelos o mis pasiones ingobernables. Cada obra es un laberinto donde espera un Minotauro que nos recuerda que, como todo misterio, la vida siempre tiene algo maravilloso y monstruoso a la vez. Y escribo teatro porque me hace profundamente feliz y siento la ilusión de libertad y plenitud escribiéndolo.
Centro Dramático Nacional, 2015
Premio Max Mejor Autor Teatral
Premio Ceres
Premio Jose Estruch
Premio Andalucía Canal Sur
Programa de Dramaturgias Actuales INAEM
Ediciones Antígona, 2014 + Ediciones Antígona, 2017
El extranjero, Buenos Aires, 2013
La pensión de las pulgas, Madrid, 2015
Premio LAM / SGAE Fundación Autor, 2010
Fundación Autor / SGAE, 2011
Ediciones Antígona, 2017