España, 1924. Miguel de Unamuno es desterrado a la isla de Fuerteventura por el general Primo de Rivera. Allí conocerá al joven pescador Cisco, cuya finalidad en la vida es cazar a la ballena Moby Dick. Entre ellos nacerá una admiración mutua, entablando un intercambio de conocimientos, uno el de los libros, el otro el del mar y las estrellas. Pero Miguel de Unamuno tiene un plan de fuga. Ayudado por el periodista Henry Dumay urdirá un plan que pondrá en peligro su plácido destierro, al igual que la visita de su admiradora Delfina lo hará con su corazón. El viejo, el joven y el mar es una obra sobre el poder de la libertad, la amistad, la realización de los sueños y la esperanza de un horizonte más amplio, más hermoso, más humano.
Notas.
Siento que es el tiempo de rescatar pensamientos que nos salven de la barbarie. Es el tiempo de rescatar a Unamuno. Por su esencia humanista, esa que defiende el pensamiento como arma poderosa y el alma humana como garante de nuestra presencia en lo infinito. Los muros se levantan, pero se han levantado siempre, porque no son más que la constatación física de la cerrazón, de una mentalidad inamovible y mediocre. Tenemos que seguir en la senda del entendimiento, de la palabra, de la acción. Tenemos que seguir defendiendo, sin descanso, y como diría Unamuno, el anhelo de saber para la vida.
Otros datos.
Estreno: Gala Theatre, Washington D.C.
Nominada a los Premios Helen Hayes 2020 a Mejor Autoría
Estudié dramaturgia en la Resad de Madrid, promoción 2001-2006. Me licencié en cinco años y no cuatro porque al mismo tiempo estaba formándome como actriz en las escuelas de Mar Navarro y Juan Carlos Corazza. La interpretación es algo que siempre ha sumado a mi visión de la escena. Mis años en la Resad fueron de una creatividad y una riqueza brutal. Tuve la suerte de tener entre mis profesores a gente como Juan Mayorga, Ricardo Doménech, Ignacio Amestoy, Itziar Pascual, Juan Antonio Vizcaíno, Pedro Víllora, Luis Landero, Fernando Doménech, Yolanda Pallín, José Vicente Torrejón… Entre todos me enseñaron a leer teatro, aprender de los clásicos, reverenciar a los contemporáneos. Hice algunos talleres con maestros como Suzanne Lebeau, José Sanchís Sinisterra o Guillermo Heras. Mi primer estreno como profesional fue en el año 2003, en Escena Contemporánea, con Sanedrín 54. Luego vendría todo lo demás. También soy Licenciada en Derecho y Periodismo, pero esa es otra historia. Mis faros, mis puntos cardinales, son Shakespeare, Chejov, Angélica Liddell y Tom Stoppard. Y en lo alto, como la luna, Lorca.
Escritura.
La mayoría de mis obras surgen de una noticia o de algo que ha sucedido (y sucede) a mi alrededor. Puede venir de una fotografía, un vídeo, una charla o una canción, pero tras la revelación o enamoramiento, está la necesidad imperiosa de contar una historia. Esa.
The majority of my works are inspired by an event or something that has happened (and is happening) around me. I may find inspiration in a photograph, a video, a discussion or a song, but behind the revelation or falling in love lies the imperious requirement to tell a story. That is how I would describe my work.