Versión de La Fundación de Antonio Buero Vallejo. Es la historia de un grupo de jóvenes que lucha por sobrevivir en un mundo que se ha tornado extraño, ajeno, violento y castrador. Es una historia de hermandad. Ellos harán lo posible por defender una verdad que quizá les libre de la muerte, que quizá les otorgue la libertad. Buero Vallejo escribió este texto en un momento en el que España ardía en llamas por avanzar. La historia de las revoluciones es la historia de los hombres. Dijo Ricard Salvat i Ferré: “se nos habla en las obras de Buero de heridas y de llagas mal cicatrizadas, o que aún se mantenían, en parte, en carne viva”. Esta obra nos muestra esa herida mal cicatrizada. O más bien, esa herida en carne viva que aún nos atormenta y nos enclaustra, dejándonos a merced de los deseos de un pavoroso y agigantado dios menor.
Notas.
Para mí hacer esta versión es rendir homenaje a un dramaturgo que me enseñó en la escuela (gracias a la sabia guía de Ricardo Doménech) que contar historias es hablar de nuestras heridas más profundas, amenazadas por el avance de una cicatriz grotesca que se cierne sobre ellas, pero que aún deja entrever su sangre. Buero, un dramaturgo necesario y vital, que usó sus palabras como dagas en un tiempo en el que hablar te podía llevar a la cuneta. Y es también vincularme personal y profesionalmente a un proyecto que me llena de vida: el de La Joven Compañía. A ellos, tan llenos de pasión y de horizonte, y a sus espectadores, va dedicada esta función, que habla sobre la hermandad, la valentía y el amor en tiempos de fanatismos, que no son otros que estos que nos acontecen.
Estudié dramaturgia en la Resad de Madrid, promoción 2001-2006. Me licencié en cinco años y no cuatro porque al mismo tiempo estaba formándome como actriz en las escuelas de Mar Navarro y Juan Carlos Corazza. La interpretación es algo que siempre ha sumado a mi visión de la escena. Mis años en la Resad fueron de una creatividad y una riqueza brutal. Tuve la suerte de tener entre mis profesores a gente como Juan Mayorga, Ricardo Doménech, Ignacio Amestoy, Itziar Pascual, Juan Antonio Vizcaíno, Pedro Víllora, Luis Landero, Fernando Doménech, Yolanda Pallín, José Vicente Torrejón… Entre todos me enseñaron a leer teatro, aprender de los clásicos, reverenciar a los contemporáneos. Hice algunos talleres con maestros como Suzanne Lebeau, José Sanchís Sinisterra o Guillermo Heras. Mi primer estreno como profesional fue en el año 2003, en Escena Contemporánea, con Sanedrín 54. Luego vendría todo lo demás. También soy Licenciada en Derecho y Periodismo, pero esa es otra historia. Mis faros, mis puntos cardinales, son Shakespeare, Chejov, Angélica Liddell y Tom Stoppard. Y en lo alto, como la luna, Lorca.
Escritura.
La mayoría de mis obras surgen de una noticia o de algo que ha sucedido (y sucede) a mi alrededor. Puede venir de una fotografía, un vídeo, una charla o una canción, pero tras la revelación o enamoramiento, está la necesidad imperiosa de contar una historia. Esa.
The majority of my works are inspired by an event or something that has happened (and is happening) around me. I may find inspiration in a photograph, a video, a discussion or a song, but behind the revelation or falling in love lies the imperious requirement to tell a story. That is how I would describe my work.