El 31 de mayo de 2018 se inició una moción de censura contra el gobierno español presidido por Mariano Rajoy después de que la Audiencia Nacional sentenciara que el Partido Popular se había beneficiado por sobornos ilegales para contratos del Caso Gürtel. Mientras en el pleno del Congreso se dilucidaba el futuro del país, Mariano Rajoy y su equipo de confianza pasaron ocho horas encerrados en un restaurante cercano. Esta obra recrea ese momento.
Notas. / Notes on the piece.
El 31 de mayo de 2018 se inició una moción de censura contra el gobierno español presidido por Mariano Rajoy después de que la Audiencia Nacional sentenciara que el Partido Popular se había beneficiado por sobornos ilegales para contratos del Caso Gürtel. Mientras en el pleno del Congreso se dilucidaba el futuro del país, Mariano Rajoy y su equipo de confianza pasaron ocho horas encerrados en un restaurante cercano. Este simple hecho explica o es al menos síntoma de la distancia entre determinada clase política española y la sociedad a la que representa. Un presidente del Gobierno encastillado en un restaurante mientras a tan solo unos metros se decidía el destino del país es símbolo de una decadencia política y moral. Desde la más absoluta libertad imaginativa y en clave de humor satírico, la obra trata de indagar sobre nuestra propia naturaleza y sobre la ausencia de responsabilidad individual y social ante los acontecimientos.
Comencé mi carrera como dramaturgo en el año 2012. Ese año escribí mi primer texto dramático que tuve la fortuna de que fuera premiado y publicado. Desde entonces, he seguido escribiendo teatro con la asiduidad de las peores y mejores adicciones. Debido a que mi formación era en narrativa y guion, durante tiempo tuve la sensación de que cuando escribía teatro estaba adentrándome en una casa a la que no había sido invitado. Solo el paso de los años, las publicaciones y representaciones han conseguido mitigar, que no aplacar, esta sensación de impostura. Sigo trabajando en ello.
Escritura. / Style.
En mis obras suele haber exactamente lo contrario de lo que me propongo. Es como si una fuerza primigenia que emanara del propio texto lo llevara allá por donde desea al margen de mis intenciones. He escrito dramas disfrazados de comedia y comedias que solo se sustentaban en el andamiaje del drama. En mis obras más críticas hay una aparente sensación de superficialidad y en los textos más livianos el lector o espectador descubre al final que el lodo le llega por las rodillas. Esa tensión, esa contradicción, está en mi dramaturgia, la sensación perenne de tratar de escapar de mis obsesiones, de tratar de borrar mis propias huellas en cada nueva obra y terminar, casi siempre, en el mismo lugar en el que comencé porque acabo haciendo exactamente lo contrario de lo que me propongo... como en este texto.