Ifigenia escribe listas de 140 caracteres para evitar escribir una trilogía. Ifigenia coge taxis para evitar perderse dentro de las ciudades hormiguero. Hace feliz a su padre. Ifigenia se crea una cuenta en Tinder para evitar que le rompan otra vez el corazón. Hace feliz a su madre. Hace listas, coge taxis, tiene un trabajo gris y bien pagado, conoce chicos guapos con los que queda en discotecas de moda. Ifigenia hace feliz a todo el mundo. Ifigenia siempre hace lo que debe. Siempre. La han educado así. Y ella ha sido una alumna excelente. De resultados excelentes. Pero, ¿quién se preocupa por la niña que sueña y la adulta sin sueños? ¿Qué hace feliz a Ifigenia? ¿Qué hubiera sido Ifigenia si nadie le hubiera dicho exactamente quién debía ser?
Notas. / Notes on the piece.
Escribí "Ifigenia en Taxi" como dramaturgia para el proyecto de final de carrera de una compañera del Institut del teatre, Cristina Martínez. Yo acababa de graduarme también y quería hablar de educación. Y quería revisitar el mito de Ifigenia. También quería llenar el escenario de música, que Ifigenia fuera libre cantando o rapeando, creando. Como Cristina además de una excelente actriz es músico, pues fue fácil cumplir el sueño. En una obra que habla precisamente las insatisfacciones adultas por los sueños no cumplidos y del sistema educativo. "El texto, reivindica a los outsiders, los que, como Ifigenia, “mueren” en manos de los poderosos, los que mandan, los que deciden qué es normal"- Gema Moraleda.
«Nací en Barcelona el año del Mundial de Naranjito. Y aquí sigo. Quizá no he llegado muy lejos pero me ha dado tiempo a hacer bastantes cosas. Estudié (si es que se puede estudiar) doblaje de películas y en las prácticas en estudio me tocó traducir (traducir!) pelis porno. Después me saqué la licenciatura en Sociologia mientras trabajaba en un Club de Futbol de barrio y en una Radio local. Trabajé en un centro de formación ocupacional, en una asociación de mujeres y en una Universidad. Me apunté a clases de interpretación para pasar el rato. Un verano, cuando en la oficina de la Universidad no quedaba ni Dios, maté las horas muertas escribiendo una obra de teatro. Me gustó tanto que no hubo vuelta atrás. Lo dejé todo (el trabajo, vamos) y me presenté a las pruebas del Institut del Teatre. Y entré. Allí me formé con autores que admiro como Carles Batlle, Jordi Casanovas, Cristina Clemente o Marc Rosich. También me he formado en el Obrador de la Sala Beckett con autores como Alistair McDowall o Tim Crouch. En 2019 hice el Posgrado de Guión y Realización de programas de humor para Radio y Televisión de Minoria Absoluta / Blanquerna. Sigo haciendo muchas cosas variopintas (aunque nunca he doblado una peli) y sobretodo escribo teatro.» (Sílvia Navarro Perramon).
Escritura. / Style.
«Creo que escribo para descubrir cosas. Para entender mejor el mundo o, a veces, para entenderme a mi (o a mi dentro del mundo). Los temas son diversos y las formas, creo que también, aunque existan nexos de unión. Me gusta perderme en referentes y documentación previa a la escritura para trazar un mapa que después, al escribir, dejo en el asiento del copiloto y me olvido de mirar para ver si sigo circulando dentro de la ruta prevista. Porque la ruta prevista, no existe. Cuando empiezo escribir me pierdo continuamente. Me pierdo, me encuentro, me paro a observar las vistas y a veces me quedo sin gasolina, Quizá perderse es necesario para descubrir (vuelvo al principio de mis intenciones, intentando encontrar una lógica a mi dramaturgia). Quizá solo soy terrible intentando definir mi estilo. Quizá mi escritura sea exactamente eso, yo misma metida en una estraña road movie descubriendo el mundo con un mapa arrugado en el asiento del copiloto. Esperando llegar al público, ese excitante destino.» (Sílvia Navarro Perramon).