Periodista y dramaturgo (o viceversa). Llegó un momento en que las limitaciones de esa primera faceta le asfixiaban y decidió sacar sus dramas de los cajones. Empezó escribiendo piezas de microteatro – con un cierto éxito, a juzgar por aquello tan relativo que son los premios-. Luego aprovechó becas y residencias para tejer obras largas, casi siempre dramas basados en hechos reales. Lorca fue inspiración y bendición y a él le dedicó Armarg, que lleva tres años girando desde su estreno; Sergi Belbel fue siempre un maestro y con él trabajó en Kelly, que puso a las camareras de piso de los hoteles en el centro de los escenarios y talleres con Itzíar Pascual, Lucía Miranda, Albert Tola o Joan Yago ayudaron a pulir un estilo algo difuso, pero que podríamos definir como socio-poético (con perdón). Desde hace más de una década escribe y estrena y dice que sí a casi todo proyecto que se le propone, desde siempre lee todo el teatro que cae en sus manos – sí, es de esos –; y ama a Arthur Miller y a Ibsen, pero también a Sarah Kane, Joe Orton y a Agota Kristof. Se declara espectador impenitente y curioso 8aprovecha cualquier viaje para descubrir tendencias, autoras…) y asegura que admira tanto a los actores/actrices que prefiere no dirigirlos.
Escritura. / Style.
Cuenta lo que ve y escucha desde que tiene uso de razón y escribía teatro ya de adolescente. A principios de los dos-miles se animó a mostrar su ficción y algún que otro premio le ayudó con eso tan relativo (y efímero) que es la confianza. Desde entonces no ha parado de dramatizar y, crucemos los dedos, de estrenar. En sus obras he abordado temas muy diversos – ligeros o densos, aparentemente inocuos o polémicos – pero su interés se ha centrado en la investigación alrededor de los temazos que marcan nuestro tiempo; siempre desde la cara más vulnerable de la sociedad, la que sufre las exigencias y distorsiones del ‘sistema’, económico y de valores. De esta mirada, parcial, han surgido piezas como Kelly (Dedicada a las reivindicaciones de las camareras de piso de los hoteles de todo el mundo); Llop y Dissidents (Con la represión política y la violencia patriarcal en el centro del relato); La Malcontenta o Chocolate, con la marginalidad como argumento principal; Finlandia, una mirada sobre la eterna a crisis de los refugiados o El darrer vals, con los desahucios como eje. Y de esta obsesión por llevar al escenario dudas, rabias y preguntas – y también de su formación periodística - nació Fake, sobre el auge del fascismo con la inestimable ayuda de los medios de comunicación.
Teatro Principal de Palma
Premio de la Asociación de Teatros públicos de Baleares al Mejor espectáculo del 2021 + Autor residente del Teatre Principal de Palma
Ediciones Teatre Principal, Dramaturgia contemporánea