Once escenas. Diez personajes sorprendidos en su realidad cotidiana. Cinco jirones de mundo que se van entrelazando en torno a una existencia gobernada por la violencia, la normalización del dolor ajeno, el sadismo del poder y la deshumanización de las relaciones.
Notas.
La obra se estructura en torno a once escenas donde diez personajes son "sorprendidos" y retratados en su realidad cotidiana. Por proseguir con la metáfora pictórica, podría decirse que cada cuadro nos ofrece una visión parcial de la realidad y uno debe observar cada una de esas partes para comprender el todo, para hacerse una idea global de ese lienzo que contiene a cada escena. No obstante, bajo el caos aparente subyacen elementos comunes: aparatos tecnológicos que median en las relaciones entre personajes, juegos de jerarquía y cierta violencia (a veces soterrada y otras explícita). Y a partir de aquí sólo puedo esgrimir ciertas hipótesis sobre el texto. La primera tiene que ver con la temática de la obra. En mi opinión, no hay una única línea, sino que el texto engarza varias, a saber: la violencia cotidiana, la normalización del dolor ajeno, el sadismo del poder y la deshumanización de las relaciones interpersonales.
Estudié Publicidad y RRPP en la Universidad de Salamanca. Cuando terminé la carrera me fui a Madrid con un montón de currículos en la maleta. No envié ninguno. Ingresé en Guindalera y empecé mi carrera como actriz. Después, obra por aquí, corto por allá, un par de publis… En aquella época ya escribía: sketches, adaptaciones, alguna obrita corta, en fin… Cosas que jamás leería en público. Cuando terminé Guindalera, decidí estudiar en la Factoría del Guión. Durante un buen tiempo, pensé que el audiovisual era mi medio, hasta que un día vi un anuncio en la Unión de Actores. Era un taller que José Sanchis Sinisterra impartía en el Nuevo Teatro Fronterizo. Ahí empezó mi verdadero noviazgo con la escritura teatral. Y, aunque de cuando en cuando tengo mis escarceos con la dirección y la interpretación, parece que la dramaturgia y yo tenemos una relación estable: becas, talleres, seminarios, alguna publicación, estrenos… Y yo sigo. Sigo escribiendo porque se me van las manos (y la cabeza). Y porque tengo hambre de palabra. Y de teatro.
Escritura. / Style.
«Me resulta verdaderamente difícil analizar mi propia dramaturgia (¡qué original!). Casi nunca sé el tema de la obra. Yo parto de una imagen y dejo que los personajes hablen. Ante ellos, me siento como una espectadora más. Me intrigan, me sorprenden, me asustan. Los quiero y los odio. Como a mis obras. Como a mi oficio. Como a este carácter mío que convierte todo en incertidumbre, en sospecha, en posibilidad.» (Eva Redondo).
«It’s really difficult to analyse my own style of playwrighting (what an original answer!). I almost never know the topic of the piece. I base my writing on an image, and leave the characters to speak for themselves. Watching them on stage, I feel like a regular member of the audience. They intrigue, surprise and shock me. I love them and hate them in equal measure. Just like my works. Just like my job. Just like this trait of mine that makes everything uncertain, suspicious or possible.» (Eva Redondo).
El Pavón Teatro Kamikaze, Madrid, 2019
(Lectura) Sala Mirador, Madrid - Ciclo 'Planeta vulnerable', Nuevo Teatro Fronterizo, 2018
(Lectura) II Torneo de Dramaturgia, Teatro Español, Madrid, 2018