Ann es una guionista a quien nadie llama o llama para trabajos de segunda fila. Frank es un actor que hace castings para off off Broadway, lejos de los escenarios que un día soñó. Ambos viven en una agreste Nueve York y se ganan la vida... a su manera. Fingen que leen el futuro de la gente en su consulta del East Village. Ann escribe los guiones y Frank lo da todo. Pero el fracaso sobrevuela cada una de sus actuaciones.
Notas. / Notes on the piece.
Una fotografía de Billy Wilder preside el apartamento en el que Ann, la protagonista de esta historia, escribe sus guiones. La presencia del maestro no hace, sin embargo, que sus historias mejoren... Pero Billy Wilder es la inspiración y referencia de esta obra cínica, triste y melancólica de dos perdedores que solo buscan salir adelante.
Comencé mi carrera como dramaturgo en el año 2012. Ese año escribí mi primer texto dramático que tuve la fortuna de que fuera premiado y publicado. Desde entonces, he seguido escribiendo teatro con la asiduidad de las peores y mejores adicciones. Debido a que mi formación era en narrativa y guion, durante tiempo tuve la sensación de que cuando escribía teatro estaba adentrándome en una casa a la que no había sido invitado. Solo el paso de los años, las publicaciones y representaciones han conseguido mitigar, que no aplacar, esta sensación de impostura. Sigo trabajando en ello.
Escritura. / Style.
En mis obras suele haber exactamente lo contrario de lo que me propongo. Es como si una fuerza primigenia que emanara del propio texto lo llevara allá por donde desea al margen de mis intenciones. He escrito dramas disfrazados de comedia y comedias que solo se sustentaban en el andamiaje del drama. En mis obras más críticas hay una aparente sensación de superficialidad y en los textos más livianos el lector o espectador descubre al final que el lodo le llega por las rodillas. Esa tensión, esa contradicción, está en mi dramaturgia, la sensación perenne de tratar de escapar de mis obsesiones, de tratar de borrar mis propias huellas en cada nueva obra y terminar, casi siempre, en el mismo lugar en el que comencé porque acabo haciendo exactamente lo contrario de lo que me propongo... como en este texto.