Pablo con ocho años en Colombia quiere escribirle un poema a su madre, Shalom en El Congo con once es un prodigio de las matemáticas y Ahmad, un adolescente sirio de catorce años se enamora de su amigo Khaled. Historias comunes en niños y niñas, pero que en ellos son imposibles, porque los tres son niños soldado. Los tres tienen sus aspiraciones en la vida, sus sueños, pueden llegar a ser escritores, matemáticos, deportistas... pero están envueltos en una guerra... Los niños del XXI no es una denuncia, es la muestra de una realidad. La de vidas truncadas desde la infancia. Tres historias que se dan constantemente si no en esos países, en otros. La militarización de niños y niñas es una realidad tan desoladora que Los Niños del XXI no trata de ser una estadística, trata de ser la historia de seres humanos en medio de una guerra cuyos sueños serán irrealizables.
Notas. / Notes on the piece.
Hace veinte y cinco años un niño de diez vio en las noticas como otro de su edad (en la guerra de los Balcanes) cogía un fusil de asalto y se iba a la guerra. Ese niño, cuyos padres no pudieron darle una explicación lógica, se quedó impactado, no podía comprender cómo alguien como él tuviera que matar y lo peor, pudiera ser asesinado en una guerra. Esa idea le espantó toda su vida hasta que el teatro se cruzó por delante y le dio las armas de escribir una obra de teatro. Los niños del XXI nace de la incomprensión de un crío de diez años que, convertido en dramaturgo, utiliza la escritura para contar lo que para él es una atrocidad. Los niños del XXI es un drama que va saltando de país en país, de historia en historia, como si fueran flashes de escenas desmigajadas, aparentemente inconexas... De Colombia al Congo, del Congo a Siria y así una mezcla de sensaciones, asaltos y vivencias que terminan, inevitablemente, con la muerte. Porque los sueños no pueden con las armas.
Otros datos. / Other information.
Estreno: Plaza de Santa Ana, Las Palmas de Gran Canaria. Festival Temudas Fest, edición 21, de Las Palmas de Gran Canaria
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria; titulado en arte dramático en la Escuela de Actores de Canarias, centro superior autorizado. Como dramaturgo se ha formado dentro del proyecto Canarias Escribe Teatro, con maestros y maestras como Yolanda Pallín, Irma Correa, Itziar Pascual, José Ramón Fernández, Quique Bazo o Ignacio Amestoy. Desde 2016 imparte los talleres de iniciación a la dramaturgia de Canarias Escribe Teatro, proyecto del que es actualmente coordinador como docente, también como profesor actualmente da clases en la Escuela de Actores de Canarias de Dramaturgia y Espacio Escénico. Hasta la fecha compañías como Ángulo Producciones, Unahoramenos o 2Rc Teatro han estrenado varios textos de su autoría, entre los que destaca: Michelle, El tango de tu cuerpo, Los Niños del XXI o El Regreso de Demofonte y las adaptaciones de Don Juan Tenorio, Romeo y Julieta, La vida es sueño y El Galán Fantasma.
Escritura. / Style.
“Lo que me resulta interesante en la creación dramatúrgica es el continuo riesgo que se puede alcanzar en el trabajo. Un nuevo texto supone una nueva forma de contar una historia. En esta línea, sobrepasar los límites del juego no es un afán ni una meta, pero sí una herramienta para que aquello que me mueva pueda ajustarse a lo que pueda llegar a narrar. Supongo que el ser humano y su constante error es el tema central en lo que cuento; el error en la violencia, en la apropiación indebida de lo que no es suyo o en el imponer la idea sobre los demás. Esta perspectiva, lejos de ser derrotista, siempre se abre con una puerta hacia mirar hacia el futuro, que es lo que nos queda después de todo. Y es que los textos que realizo, dicen, se cargan de un componente sentimental que se dibujan por muchas aristas a lo largo de lo que hago. En definitiva, vivir asombrado de la ilógica humana y plasmarlo en el teatro ha sido el eje de lo que me remueve, tanto para una sonrisa, como para una lágrima.” (Luis O’malley).