Arrepentido de los actos cometidos el 9 abril de 1948, Ananías Zastoque, un anacoreta octogenario, espera impaciente la visita de la muerte para así liberarse del recuerdo agobiante de aquel nefasto día en el que dejó de ser un pobre diablo y se transformó en el causante de todos los eventos ocurridos en el Bogotazo, pero sobretodo olvidar la vergüenza que siente al haberse convertido en el devoto simpatizante de aquel ídolo caído que la sociedad lloraba tras su muerte y que él odiaba profundamente.
Notas. / Notes on the piece.
El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, el 9 de abril de 1948 fue un evento importante en la historia de Colombia no solo por la importancia de él por ser una esperanza de cambio para el país, si no además por los eventos de violencia posteriores que se produjeron a raíz de este evento. Hay una historia oficial de quien lo mató y sus motivaciones, pero alrededor hay muchas teorías más sobre los posibles autores de su muerte en las cuales algunas citan al gobierno de turno, gobiernos extranjeros, conspiraciones etc. En esta obra, el hombre que sabe la verdad de lo ocurrido está vivo y aguarda encerrado a que llegue la muerte y poderse llevar el vergonzoso secreto de lo que pasó consigo.
Artista interdisciplinar. Dramaturgo, guionista y director de cine y teatro. Fue miembro de La Casa del Silencio que dirige Juan Carlos Agudelo en Bogotá, Colombia. Se ha formado en el Laboratorio de la Máscara y en el taller permanente de Dramaturgia en Contra dictado por Fabio Rubiano. Cofundador de la productora Drama Magdalena y del grupo de escritura Los Nuevos Autores. Ha escrito y dirigido múltiples obras de teatro y cortometrajes. Actualmente se dedica a la escritura del guion de su ópera prima.
Escritura. / Style.
«En el camino que he recorrido como contador de historias, siento un gran aprecio por lo popular, el barrio, los vecinos, las pequeñas cofradías y lo marginal. Encuentro en las subculturas esa fuente de la que bebo para crear debido a la riqueza en sus costumbres, sus sincretismos y sus formas de interpretar la realidad. Siento una fascinación especial por la jerga y el argot que se utiliza en los universos que cito en mis relatos. Una de las etapas que más disfruto al momento de la creación es la minería del lenguaje, el investigar y descubrir las maneras en que otros denominan y le dan nombre a las cosas, ser testigo de cómo el lenguaje se expande, le da sentido y diversifica a las sociedades y son una exquisita materia prima al momento en el que me siento a crear. La comedia es otro de mis principales retos al momento de escribir, me gusta divertirme cuando escribo y con lo que escribo y siempre tengo en mis intenciones que las personas que se acerquen a mis obras también lo hagan.» (Julián Peña).