Jane vive en una casa de campo entre maizales en el pueblo imaginario de Eastfolk, en Nebraska. Una mañana, mientras se prepara para la llegada de un tornado al que han bautizado como Nora, recibe la visita de Owen, su hermano mayor, que se había ido de casa quince años antes. Allí, en la sala de estar de la casa en la que se criaron, la que fuera de sus padres ya muertos, rememoran su infancia y juventud y Owen le desvela la trágica razón de su marcha. Todo mientras Nora se acerca.
Notas. / Notes on the piece.
Nora habla de cómo una experiencia dramática durante la infancia puede acompañar a una persona durante toda su vida. Es un drama con tintes fantásticos o metafísicos y que habla del paso del tiempo, la familia, la memoria y la infancia como patria auténtica de las personas. Y de cómo algunos se vieron obligados a exiliarse de esa patria, de esa vida.
Otros datos. / Other information.
Estreno: Festival de Teatro Amateur de Extremadura, 2017
Premio Raúl Moreno FATEX de Textos Teatrales, 2016
Publicación: Junta de Extremadura
Comencé mi carrera como dramaturgo en el año 2012. Ese año escribí mi primer texto dramático que tuve la fortuna de que fuera premiado y publicado. Desde entonces, he seguido escribiendo teatro con la asiduidad de las peores y mejores adicciones. Debido a que mi formación era en narrativa y guion, durante tiempo tuve la sensación de que cuando escribía teatro estaba adentrándome en una casa a la que no había sido invitado. Solo el paso de los años, las publicaciones y representaciones han conseguido mitigar, que no aplacar, esta sensación de impostura. Sigo trabajando en ello.
Escritura. / Style.
En mis obras suele haber exactamente lo contrario de lo que me propongo. Es como si una fuerza primigenia que emanara del propio texto lo llevara allá por donde desea al margen de mis intenciones. He escrito dramas disfrazados de comedia y comedias que solo se sustentaban en el andamiaje del drama. En mis obras más críticas hay una aparente sensación de superficialidad y en los textos más livianos el lector o espectador descubre al final que el lodo le llega por las rodillas. Esa tensión, esa contradicción, está en mi dramaturgia, la sensación perenne de tratar de escapar de mis obsesiones, de tratar de borrar mis propias huellas en cada nueva obra y terminar, casi siempre, en el mismo lugar en el que comencé porque acabo haciendo exactamente lo contrario de lo que me propongo... como en este texto.