Licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la ESAD de Valencia. Ha participado como actor en varios montajes de teatro, series de televisión y películas. Su última novela "El secreto de los nocturnos" ha sido publicada por EdicionesB, y varios de sus trece textos teatrales han recibido premios y se representan a nivel nacional e internacional. Con su primer largometraje, "Los comensales", ganó el Premio del Público en Festival de Cine de Málaga 2016. Como dramaturgo empezó con "Comedia en blanco", "Majórica 420", "El ladrón de canapés" y "Cazando estrellas fugaces", estrenada en Madrid y Valencia. "La rota voz del agua" es un momento clave entre Lorca y Margarita Xirgu, "Las voces sedientas" entre Henry Irving y Bram Stocker, y "La voz que finge otras" una sesión de Vittorio Gassman con su psicólogo. "De tiburones y otras rémoras" denuncia la estafa bancaria de Las preferentes en una clave de comedia que ha seducido a espectadores de Buenos Aires y varias ciudades de Europa. "Donde los viejos no andan" (sainete cuántico) sobre cómo nos convertimos en cuervos ante las herencias. Con "Lavinia" ganó el Premio Internacional a Dramaturgia Emergente del Corredor Latinoamericano en 2018.
Escritura. / Style.
«¿Por qué escribo teatro? Porque me salva. Me salva su juego, regresar al niño, compartirlo con otros que también quieren habitar en una burbuja casi infantil, donde hacer travesuras sin olvidarnos de generar conciencia. Para ello, me sirvo de la comedia y del teatro del absurdo. Escribo sobre injusticias locales, que son las injusticias del mundo entero. Escribo a pie de escenario, en laboratorios donde jugar, equivocarse y encontrar hallazgos a partir de temas como la muerte, la soledad, la convivencia, las herencias o la memoria histórica. Me gusta esa dramaturgia a la argentina. También me gusta el teatro a solas, cuando encuentro un tema histórico o una situación que ha de ser conocida, escuchada, vivida. Y quedo a solas con mis personajes que pronto se convierten en familia. Detrás de mis obras hay una invitación a vivir la vida, a pesar de lo complicada e injusta que pueda parecer. A no tirar la toalla. A darnos cuenta que todo nos confunde y nos desune pero que si nos reímos de nosotros mismos y de todo lo que nos enseñaron que era serio, todavía habrá esperanza.» (Sergio Villanueva).