Son las ocho de la tarde. Los ciudadanos salen a sus ventanas. En el escenario un hombre aplaude convencidamente desde su balcón. Su vecina le observa descreída desde el suyo. El patio de butacas está lleno de vecinos que aplauden con solemnidad teatral. Cuando los aplausos se apagan la rutina inunda de nuevo el vecindario. Los vecinos se esconden pero los cuerpos de los espectadores continúan en sus butacas. Jorge es un buen vecino hasta que un impulso humano le hace saltarse las reglas. Él solo quería ayudar a Ana y ahora ambos se ven empujados a tomar una decisión que cambiará sus vidas para siempre. Una propuesta escénica que dialoga sobre la participación con los espectadores; una propuesta que se mueve en la delgada línea que separa al teatro de la vida, al arte de la realidad; una propuesta que se pregunta si es posible mantener los aplausos más allá del patio de butacas, más allá de las ocho de la tarde.
Notas. / Notes on the piece.
«No hay nada más decididamente escénico que un balcón asomado sobre un patio de butacas. Desde este punto de partida, Jorge Jimeno nos interpela del modo más brillante e incómodo para plantear la cuestión, a mi juicio, decisiva: la de qué hacer con nuestros cuerpos allí donde ya sólo pueden ser o superfluos o amenazadores.» (Santiago Alba Rico).
Otros datos. / Other information.
Estreno: Teatro Municipal, Becerril de la Sierra, Madrid
Magíster en Pensamiento y Creación Escénica Contemporánea por la ESAD de Castilla y León e ingeniero de primera formación, este asturiano descubriría su pasión por las artes escénicas cuando llegó a Madrid en el año 2000. Su formación dramática comenzó en la escuela de teatro TIS donde se diplomó en interpretación de la mano de Diego Bergier, y en Impromadrid, donde se especializó en match de Improvisación con Pablo Pundik. Alberto Conejero, Verónica Gracia, Jon Sarasti, Marta Rubio y Carlos De Matteis son algunos de los directores y dramaturgos con los que ha trabajado y aprendido en las artes escénicas. En 2010 comenzó a escribir sus propias historias. Ha estrenado seis obras de mediano formato que llevan su firma, realizando también las labores de producción a través de la compañía Montajes en el Abismo. Jorge trabaja además como actor o director en dichas producciones, sumando más de 500 representaciones en España, Argentina, Uruguay y Paraguay. Desde 2018 dirige el grupo municipal de teatro de Cercedilla y desde 2019 el infantil de Navacerrada, conduciendo además talleres de temáticas sociales a través del uso de herramientas teatrales. En 2012 decidió explorar el mundo del cine, diplomándose en realización cinematográfica en la EICTV de San Antonio de los Baños (Cuba). Ha escrito y dirigido varios cortometrajes, además de otros montajes audiovisuales en el marco social o educativo. La pasión de Jorge es contar historias, escribiendo, dirigiendo o actuando.
Escritura. / Style.
«Me considero un contador de historias, y en el teatro he encontrado el medio donde me siento más cómodo para contarlas, (casi) siempre desde el humor. Si se puede, comedia. Y si además remueve, mejor. Probablemente la obra ‘Hoy, El diario de Adán y Eva’ con Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza —y la risa y las lágrimas que me provocó— tienen buena culpa de que me dedique a esto del teatro. Mis dramaturgias surgen de las experiencias que habito. Disfruto transformando la realidad en un formato que quepa en un escenario, ese lugar donde los personajes pueden decir lo que no se permitirían gritar en la calle. Pretendo aportar una mirada diferente sobre la teatralidad social en la que nos hallamos inmersos, resaltando sus incoherencias y absurdos. El público es el punto de referencia en mis dramaturgias. Considero que el teatro solo tiene sentido a partir de la mirada de los espectadores, así que procuro no perderles de vista cuando escribo. Me gusta dirigirme a todo tipo de públicos, buscando la universalidad del lenguaje teatral e intentando acercar el teatro a aquellas personas que menos lo frecuentan. Y por último, pongo especial cuidado en evitar los sermones y huyo de los mensajes totalmente cerrados. Es decir, pretendo dejar lugar a ese espacio de resonancia que he escuchado en más de una ocasión en boca de Pablo Messiez. Al menos eso intento.» (Jorge Jimeno Almeida).