La muerte es el silencio por antonomasia. Sin embargo, la luz de las palabras puede iluminar la ausencia.
Notas. / Notes on the piece.
Quién bailará esta carta nace de dos silencios. Como el vacío o la elipsis, el silencio refiere a la ausencia, a lo que falta, a lo que se ha suprimido. En la escritura dramática el silencio es una interrupción en el discurso, un hueco, una nada que sin embargo dota de significado y otorga forma al material. El silencio teatral es tiempo y espacio para la acción. Quizás uno de los mayores privilegios de la escritura sea esa capacidad que tiene de arrancarle gestos al silencio. A partir de estas ideas he intentado hacer una búsqueda formal, una experimentación sobre la página con el silencio que cobrará vida. Por otro lado está la muerte, el silencio por antonomasia. El origen del texto se puede rastrear en el silencio que dejó la desaparición de mi padre, mutis inesperado del que surgió la necesidad de la palabra.
Otros datos. / Other information.
XI Premio Jesús Domínguez
Publicación: Primer Acto
«La primera función teatral a la que asistí marcó mi vida, se trataba del estreno de "Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga" (busquen al autor y aprendan algo de esto que leen); fue en el Teatro Bellas Artes y supuso el primer estrenó del Centro Dramático Nacional, en noviembre de 1978. Aquella Epifanía teatral de la infancia me dejó tocada la sensibilidad, pero los cuentos y los guiones de cine se interpusieron en mi camino y pronto desarrollé una intensa fascinación por escribir los míos propios. Me entregué a ello con pasión y entre narraciones, obras de teatro y películas pasaron unos años de formación en Madrid, en Cuba y de vuelta en Madrid, en los que aprendí lo básico para hacer algunas criaturitas para las que conseguí generosas ayudas y becas con las que pude seguir escribiendo... Así hasta que decidí acercarme a José Sanchis Sinisterra y graduarme en Arte Dramático por la Resad, en ese orden. Y ahí sigo, aprendiendo a escribir.» (Félix Gómez-Urda).
Escritura. / Style.
«Durante un tiempo creí que dominaba la estructura aristotélica y me apetecía mucho, o lo consideraba una obligación para progresar en mi escritura, romper el paradigma y trabajar con la forma. Ahora que me pienso dudo mucho de todo lo que he aprendido, y de todo lo que he podido creer en otro tiempo. En los últimos meses, o años podríamos decir ya, me he dado cuenta de que necesitaba explorar las posibilidades dramáticas del silencio y eso es lo que he hecho en los textos más recientes. También me interesa evitar la "paja", no lo digo en el sentido escatológico-sexual de la expresión con que a veces denominamos a nuestros devaneos mentales o a los rodeos superfluos... Supongo que estoy más interesado en escribir lo que se dice sin palabras.» (Félix Gómez-Urda).