En el futuro hay una guerra armada entre los sexos. Eloy, un niño muy retraído, vive aislado con su tiránica madre y su padre enfermo en el campo, ambos colaboran con el bando de los hombres. Un día Eloy conoce a Simone, una niña que huye de las matanzas, que le habla de El Mañana, un lugar mejor. Simone es descubierta por la madre de Eloy y tiene que huir. Eloy la seguirá hasta El Mañana y vivirá muchas aventuras que harán que no sea el que fue ayer.
Notas.
Eloy y el mañana se adentra, con un lenguaje familiar, en la guerra de sexos: “Se la escribí a mis sobrinos para que comprendieran mejor toda la problemática de género. Algunos piensan que es demasiado oscura para niños, pero yo crecí con los cuentos de los hermanos Grimm, que eran telita, y he salido muy normal. Creo”, confiesa Guardamino. La obra, que está repleta de simbología de género y referencias a la conquista de derechos, evidencia los roles de género y los deconstruye a través de la mirada infantil de dos niños que huyen del conflicto y fantasean con un futuro pacífico. “En medio de esta guerra armada entre sexos, Eloy, un niño retraído, conoce a Simone, una niña que huye de las matanzas. Ella le habla de El Mañana, un lugar mejor. Ambos huirán hasta allí y vivirán muchas aventuras que harán que Eloy no vuelva a ser el que fue ayer”, declara el autor.
Otros datos.
Premio Leopoldo Alas Mínguez 2018
Publicación: Fundación Autor, 2019
Fragmento.
Solicítala.
sobre
Íñigo Guardamino.
Biografía.
Mi licenciatura en Derecho seguramente me servirá para escribir thrillers jurídicos en Hollywood en el futuro, pero de momento no ha sucedido. Empecé en el cine, dirigiendo cortometrajes y escribiendo guiones para otros pero no me acababa de encontrar a gusto en el proceso, echaba de menos la inmediatez, el aquí y ahora, el poder plasmar lo escrito; un texto en un cajón de tu casa o en una productora no sirve para nada. La transición al teatro fue natural e indolora, vocacional. Me he formado con gente tan variada como Tamzin Townsend (Draft Inn), Florian Borchmeyer (Schaubühne) y Marcelo Dïaz (Cuarta Pared) y, como bien dicen los libros de autoayuda, intento aprende de todo el mundo con el que me cruzo y afortunadamente el aprendizaje nunca acaba. Desde hace unos años dirijo mis trabajos a través de La Caja Negra Teatro, una productora formada con la ayuda de otros insensatos, lo que me permite montar obras, que con la que está cayendo ya es algo heroico y un premio, también tengo de los que se pueden tocar y algunas publicaciones, pero al final no queda rastro de nada: El teatro en este país es algo para perdedores, masoquistas y desequilibrados. Estoy a gusto.
Escritura.
«Escribo el teatro que me gustaría ver como espectador. Mi premisa es no manipular al público ni tratarle como si fuera idiota. Lo único que intento hacer es preguntar, cuestionar y que cada uno se vaya a casa (si no se ha dormido durante la función) y si le apetece saque sus propias conclusiones. El blanco y el negro está muy bien pero la vida es en color. Ojalá las cosas salieran bien, pero no van a salir bien. No me gusta analizar lo que hago por si descubro el mecanismo y ya pierde la gracia, prefiero ser español y dejar que los demás hagan el trabajo por mí.» (Íñigo Guardamino).
«I write plays that I would like to watch as a spectator. I try not to manipulate the audience, or treat them as if they are idiots. All I try to do is pose them questions. If, once they get home (and they didn’t fall asleep during the play, which is always a bonus), they draw their own conclusions from the play, then great. Black and white are great, but life is lived in colour. I hope things work out well, but they won’t. I don’t like analysing what I do, just in case I discover the mechanism and it loses its magic. I prefer to be a true Spaniard and let others do the work on my behalf.» (Íñigo Guardamino).