Vacaciones en la inopia es una pieza tragicómica formada por un mosaico de historias con un nexo común: la diferencia entre lo que creíamos que debíamos ser y nuestra verdadera naturaleza. En Vacaciones en la inopia, una madre sufre la venganza de su hijo adolescente; en el Café Central se trafica con la reliquia más valiosa de Occidente; los judíos de Israel son expulsados al mar e inician su éxodo a tierras más verdes; una rumana vive en primera persona una historia de explotación; una amable fábula de animales acaba desquiciando a una compañía teatral… Vacaciones en la inopia es una obra en la que pone en cuestión sentimientos universales como el amor, la soledad, el deseo, el miedo, la esperanza o la búsqueda de identidad.
Notas.
La traición a nuestra potencialidad o la falta enmascarada de realización conforman el magma sobre el que se avanza esta historia ficticia e irracional, interpretada por cuatro actores que, a través de diferentes personajes, representan el absurdo desarrollo de nuestras vidas, donde reina el estadio de "inopia" en su acepción de "pobreza, escasez" –la pobreza del alma, la indigencia moral-. Antes del cambio social tiene que venir el personal, y ese es el más difícil, la única libertad posible es liberarnos de nuestros deseos, de nuestro muro de las lamentaciones particular.
Otros datos.
Estreno: Sala Kubik Fabrik, Madrid
Finalista Premios Max a la Mejor Dramaturgia Revelación
Fragmento.
Solicítala.
sobre
Íñigo Guardamino.
Biografía.
Mi licenciatura en Derecho seguramente me servirá para escribir thrillers jurídicos en Hollywood en el futuro, pero de momento no ha sucedido. Empecé en el cine, dirigiendo cortometrajes y escribiendo guiones para otros pero no me acababa de encontrar a gusto en el proceso, echaba de menos la inmediatez, el aquí y ahora, el poder plasmar lo escrito; un texto en un cajón de tu casa o en una productora no sirve para nada. La transición al teatro fue natural e indolora, vocacional. Me he formado con gente tan variada como Tamzin Townsend (Draft Inn), Florian Borchmeyer (Schaubühne) y Marcelo Dïaz (Cuarta Pared) y, como bien dicen los libros de autoayuda, intento aprende de todo el mundo con el que me cruzo y afortunadamente el aprendizaje nunca acaba. Desde hace unos años dirijo mis trabajos a través de La Caja Negra Teatro, una productora formada con la ayuda de otros insensatos, lo que me permite montar obras, que con la que está cayendo ya es algo heroico y un premio, también tengo de los que se pueden tocar y algunas publicaciones, pero al final no queda rastro de nada: El teatro en este país es algo para perdedores, masoquistas y desequilibrados. Estoy a gusto.
Escritura.
«Escribo el teatro que me gustaría ver como espectador. Mi premisa es no manipular al público ni tratarle como si fuera idiota. Lo único que intento hacer es preguntar, cuestionar y que cada uno se vaya a casa (si no se ha dormido durante la función) y si le apetece saque sus propias conclusiones. El blanco y el negro está muy bien pero la vida es en color. Ojalá las cosas salieran bien, pero no van a salir bien. No me gusta analizar lo que hago por si descubro el mecanismo y ya pierde la gracia, prefiero ser español y dejar que los demás hagan el trabajo por mí.» (Íñigo Guardamino).
«I write plays that I would like to watch as a spectator. I try not to manipulate the audience, or treat them as if they are idiots. All I try to do is pose them questions. If, once they get home (and they didn’t fall asleep during the play, which is always a bonus), they draw their own conclusions from the play, then great. Black and white are great, but life is lived in colour. I hope things work out well, but they won’t. I don’t like analysing what I do, just in case I discover the mechanism and it loses its magic. I prefer to be a true Spaniard and let others do the work on my behalf.» (Íñigo Guardamino).