La Alta Representante para asuntos Exteriores y Política de seguridad de la Unión Europea prepara una reunión importante para tratar la alarma que ha surgido ante un nuevo grupo terrorista antiinmigrantes, los autodenominados Patriotas Europeos; en Roma, una pareja en crisis disfruta de una escapada de fin de semana cuando se oyen gritos y ráfagas de disparos; un granjero austríaco presta ayuda a una familia siria de refugiados en las inmediaciones de Viena; una multinacional ve peligrar su inversión cuando descubre restos arqueológicos de valor incalculable mientras construía en Grecia un gran parque de atracciones para celebrar la idea de Europa; dos adolescentes en Rotterdam, que se aman y quieren lo mejor para cada uno, van a decir no al deseo y sumarse a La Renuncia, un nuevo movimiento adolescente que recorre el continente… Y, como nexo de unión, las amenazas que ha sufrido Europa a lo largo de su historia: Carlos Martel, el asedio turco y la nueva invasión gentrificadora.
Notas.
Monta al toro blanco es una comedia negra como el fondo del mediterráneo, una obra que habla del final de esta escapada, del momento en el que la Unión Europea se encuentra en una encrucijada, el instante decisivo, y lo hacemos con historias que forman un estado de ánimo, un intento de juntar los cristales rotos del espejo que era Europa: Historias que reflejan una realidad europea llena de oscuridad. Los muertos que flotan boca arriba en las aguas del Mediterráneo son la cara de un tremendo fracaso, pero no tendría que ser así. Al principio todo era hermoso, se nos vendía la idea de que la Unión Europea no era solamente una unión económica sino algo más, con unos ideales detrás, unas ideas que representaban lo mejor de nosotros mismos…. Ay, ay, ay. ¿Qué es Europa? ¿Hacia dónde va? ¿Qué nos ha pasado? ¿Se puede hacer algo para arreglar esto? Más vale que alguien encuentre las respuestas adecuadas pronto antes de que los fantasmas del pasado se hagan de carne y hueso otra vez.
Otros datos.
Estreno: El Pavón Teatro Kamikaze, Madrid
Publicación: Ediciones Antigona, 2019
Fragmento.
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sobre
Íñigo Guardamino.
Biografía.
Mi licenciatura en Derecho seguramente me servirá para escribir thrillers jurídicos en Hollywood en el futuro, pero de momento no ha sucedido. Empecé en el cine, dirigiendo cortometrajes y escribiendo guiones para otros pero no me acababa de encontrar a gusto en el proceso, echaba de menos la inmediatez, el aquí y ahora, el poder plasmar lo escrito; un texto en un cajón de tu casa o en una productora no sirve para nada. La transición al teatro fue natural e indolora, vocacional. Me he formado con gente tan variada como Tamzin Townsend (Draft Inn), Florian Borchmeyer (Schaubühne) y Marcelo Dïaz (Cuarta Pared) y, como bien dicen los libros de autoayuda, intento aprende de todo el mundo con el que me cruzo y afortunadamente el aprendizaje nunca acaba. Desde hace unos años dirijo mis trabajos a través de La Caja Negra Teatro, una productora formada con la ayuda de otros insensatos, lo que me permite montar obras, que con la que está cayendo ya es algo heroico y un premio, también tengo de los que se pueden tocar y algunas publicaciones, pero al final no queda rastro de nada: El teatro en este país es algo para perdedores, masoquistas y desequilibrados. Estoy a gusto.
Escritura.
«Escribo el teatro que me gustaría ver como espectador. Mi premisa es no manipular al público ni tratarle como si fuera idiota. Lo único que intento hacer es preguntar, cuestionar y que cada uno se vaya a casa (si no se ha dormido durante la función) y si le apetece saque sus propias conclusiones. El blanco y el negro está muy bien pero la vida es en color. Ojalá las cosas salieran bien, pero no van a salir bien. No me gusta analizar lo que hago por si descubro el mecanismo y ya pierde la gracia, prefiero ser español y dejar que los demás hagan el trabajo por mí.» (Íñigo Guardamino).
«I write plays that I would like to watch as a spectator. I try not to manipulate the audience, or treat them as if they are idiots. All I try to do is pose them questions. If, once they get home (and they didn’t fall asleep during the play, which is always a bonus), they draw their own conclusions from the play, then great. Black and white are great, but life is lived in colour. I hope things work out well, but they won’t. I don’t like analysing what I do, just in case I discover the mechanism and it loses its magic. I prefer to be a true Spaniard and let others do the work on my behalf.» (Íñigo Guardamino).