Octavio ha roto con su novio hace tan solo unas horas y ya está harto de la soledad. Claudio no ha estado solo nunca y no quiere estarlo, pero… esa mañana su novia le ha echado de casa. El primero preferiría dormir en el hotel más cochambroso que exista antes que en casa, y el segundo piensa que alguien que llega a dormir solo en un hotel está jodido de verdad. Unas copas de más en un bar cochambroso les llevan a dormir bajo el mismo techo la noche en que se conocen. Y las vicisitudes de sus vidas conducen a este "maricón" y a este "macarra" a plantearse prolongar su convivencia.
Notas.
Quizá lo que más me atraía a la hora de acercarme a las vidas de estos dos seres en las antípodas era indagar en los clichés de dos estereotipos como son el macarra y el homosexual no atormentado. Los personajes antagónicos, los polos opuestos que se atraen, lo insólito, lo inesperado... el disparate surgido del choque de dos universos que se repelen. Y hacer comedia sobre la tragedia de la soledad de nuestros días. Profundizar en esos clichés para terminar dinamitándolos y arrojar luz sobre algo que desconocíamos de nosotros mismos. Hacer una comedia amable cuando la realidad que nos circunda está llena de absurdo e hilaridad es una apuesta por el prisma de la convención como máxima alteridad y heterodoxia.
Juan Montoro Lara pasó por la Escuela de Arte Dramático de Murcia y por el Aula de Teatro de la universidad de la misma ciudad. Por entonces no se le ocurría que podía expresar algo dentro del teatro más que desde la interpretación. La colaboración con pequeñas compañías acrecentó su amor por el teatro y se tradujo en un deseo de conocerlo en todas sus facetas. Unos años de encierro interior al final de la veintena le acercaron a la escritura. Tras esa travesía por el desierto entró en los treinta con muchas ganas de abrirse al mundo y expresar a través del teatro escrito. Participó en talleres con José Ramón Fernández, José Sanchis Sinisterra, José Manuel Mora, María Velasco y Paco Bezerra, entre otros. Desde entonces ha estrenado varias obras con distintas compañías: Nacho Vilar Producciones, Alquibla teatro, Apata teatro y Cía. Ferroviaria son algunas de ellas. En 2012 creó, junto al director de escena Joaquín Lisón y la performer Érika Trejo, el Laboratorio Escénico Los Menos. En la actualidad, su trabajo dramatúrgico se desarrolla en tres vertientes: teatro familiar, histórico y contemporáneo; en un sentido amplio y de juego de lenguajes.
Escritura.
«Aprehensión del mundo. Quiero que todo me interese, que todo me toque y me conmueva. Escuchar. Comunicar. El mayor ejercicio es acotar, definir, delimitar… Dejar algo de lado (todo lo demás), a alguien (el resto de la humanidad) para centrarte en algo. De acuerdo, hay algo de sufrimiento. Y cuando lo haya conseguido, cuando haya decidido qué sacrificar, que será la mayor parte del mundo, intentar que a nada de eso que se ha quedado fuera le sea ajeno aquello por lo que me he decantado. Y, que de alguna manera, aquello por lo que me haya decidido contenga todo lo demás.» (Juan Montoro Lara).
«Apprehension of the world. I want everything to interest me, touch me and move me. Listening. Communicating. The best exercise is to close off, define and set limits. To put everything (everything else) or someone (the rest of humanity) aside, which allows you to focus on something in particular. I agree, there’s a bit of suffering. And when I’ve achieved this, when I’ve decided what I am going to sacrifice and what the main focus of the storyline will be, I will try to make it so that nothing that has been left out is alien to that which I have opted for. In a certain way, that which I have decided upon also contains everything else.» (Juan Montoro Lara).