Un alcalde de provincias recibe la inesperada visita de un constructor que le pide o más bien exige la modificación del plan urbanístico local. El alcalde acepta porque le conviene y no sabe decir que no a alguien con más poder del que él ostenta. Todo cambia cuando ellos (y el público) reciben otra inesperada visita. La de una pareja de la Policía Nacional que llega para aplicar una orden judicial de cancelación de la obra de teatro. Entonces el alcalde y el constructor se convierten en los actores que defienden sus derechos en una sociedad que coarta la libertad de expresión y que siembra dudas en los agentes de policía que no saben si cumplir con su trabajo o con lo que dicta su corazón.
Notas. / Notes on the piece.
Este texto explora el concepto de censura que viven en la actualidad muchas obras artísticas y en particular teatrales. Para ello me planteé la posibilidad de que albergara dos obras en una en dos actos plenamente diferenciados y de la misma duración. La primera mitad es una obra de pura comedia del absurdo que habla sobre la corrupción política y social. La segunda, con la llegada de los agentes de policía entre el patio de butacas, pretende cambiar el tono de manera radical a un drama intenso que puede incluso generar dudas en los espectadores acerca de si lo que está sucediendo forma parte de la obra o está pasando en realidad. Porque muchas de estas noticias acerca de la censura ante la libertad de expresión artística parecen productos de ficción, pero son dolorosamente reales.
Comencé mi carrera como dramaturgo en el año 2012. Ese año escribí mi primer texto dramático que tuve la fortuna de que fuera premiado y publicado. Desde entonces, he seguido escribiendo teatro con la asiduidad de las peores y mejores adicciones. Debido a que mi formación era en narrativa y guion, durante tiempo tuve la sensación de que cuando escribía teatro estaba adentrándome en una casa a la que no había sido invitado. Solo el paso de los años, las publicaciones y representaciones han conseguido mitigar, que no aplacar, esta sensación de impostura. Sigo trabajando en ello.
Escritura. / Style.
En mis obras suele haber exactamente lo contrario de lo que me propongo. Es como si una fuerza primigenia que emanara del propio texto lo llevara allá por donde desea al margen de mis intenciones. He escrito dramas disfrazados de comedia y comedias que solo se sustentaban en el andamiaje del drama. En mis obras más críticas hay una aparente sensación de superficialidad y en los textos más livianos el lector o espectador descubre al final que el lodo le llega por las rodillas. Esa tensión, esa contradicción, está en mi dramaturgia, la sensación perenne de tratar de escapar de mis obsesiones, de tratar de borrar mis propias huellas en cada nueva obra y terminar, casi siempre, en el mismo lugar en el que comencé porque acabo haciendo exactamente lo contrario de lo que me propongo... como en este texto.